Estas son una serie de historias, mal llamados «cuentos cortos» (porque no soy buena escribiendo breve)  para antes de dormir…

son historias reales, que me han sucedido en la vida, que creo merecen ser contandos ya que pienso en ellas cada vez que estoy demaciado estresada, o las cosas parecen ir de mal en peor y me dejo llevar por la negatividad…

son historias cotidianas , que nos pueden pasar a cualquiera si nos detenemos tan solo por unos segundo y no nos dejamos llevar por nuestras  rutinas  del «todo esta mal»

asi que aqui les dejo la primera historia, que me sucedio hace algunos meses, con la esperanza que tal vez cuando lo necesiten…tambien les ayude a tener un mejor dormir …

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Hadas y Ben 10

 

 

 Ha sido un día largo, o por lo menos así parece para quien ha pasado la noche en vela trabajando y retorna derrotada a su casa, luego de una sucesión ininterrumpida de malos acontecimientos sucedidos unos tras otros sin descanso desde el día anterior.

Son a penas las 8 de la noche de ese día hábil, principio de semana, por lo que piensa en todo lo que aun le falta por hacer antes de poder poner en pausa esa vorágine constante en la que se encuentra sumida desde hace un tiempo, por lo que luego de mirar para atrás siente que han pasado años desde la ultima vez que se ha relajo totalmente y se ha dedicado solo a sonreír de forma distraída sin sentirse culpable por ocupar su tiempo en otra cosa que no sean las responsabilidades y compromisos; por lo que busca en su mente algo que la motive para no darse aun por vencida en esa lucha contra la angustia que ha acumulado silenciosamente dentro de ella tras cada obstáculo reciente y que hasta ahora venia evitando al no pensar en ellos y simplemente seguir, pero esta cansada, y ya no sabe si es por falta de horas de sueños o de voluntad, pero no logra encontrar un solo recuerdo en las ultimas 48 horas que le permitan creer que no hay motivos para estar agotada de todo ello, por lo que se rinde y simplemente se deja caer en las escaleras traseras de ese abarrotado colectivo publico en el que acaba de subir, allá, en el ultimo espacio libre donde no hay alguien que la empuje, le pise o le pueda prestar atención, para que así, aunque sea en ese lugar poco convencional, pero útil para las circunstancias, ella pueda solo esperar a que acabe el viaje, sin pensar en nada mas.

Sin embargo, sus planes se ven frustrados antes de siquiera arrancar camino, cuando un niño anónimo y de apariencia humilde, algo mal vestido y cubierto de tierra, de esos a los que todos huyen porque les desconfían sus intenciones o porque simplemente les son desconocidos de mala fama, a quienes a lo sumo se les da una moneda a cambio de que no “les molesten”, cuando no se los corre como a cualquier cosa porque “no vaya a ser que te contagien algo o que te roben”; se para junto a ella y antes que las puertas de descenso se cierren para arrancar el vehiculo arroja una cajita de jugo ya vacía hacia la calle, lo que a ella le llama de inmediato la atención, sintiéndose seriamente molesta porque ha tirado basura en la vereda, logrando que gire su cabeza para encarar a aquel niño y advertirle de la forma mas adecuada que su mal humor le permita, que esas cosas no se hacen.

Y es allí cuando lo ve, y ya no ve la ropa desgastada y el cabello sin lavar, ya no ve las trenzas desatadas y las manos y uñas con tierra, ni las advertencias de una sociedad golpeada por la inseguridad y la desconfianza al prójimo, lo ve allí junto a ella, con solo una bolsa de plástico en la mano, con una sonrisa verdadera, de esas de cuando sos pequeño y te permitís reír, como si estuviese jugando o hubiese conseguido un gran logro, y señala diciendo “mira quedo parada” de forma divertida, dirigiéndose a ella con total confianza, en mención a la cajita de jugo que ha quedado de pie en la vereda, y ella, no puede mas que sonreír ante aquel gesto totalmente inocente y divertido, sintiéndose incluso agradecida de haber sido invitada a formar parte de su conversación en vez de haber sido solo ignorada durante sus próximos 30 minutos de viaje por su compañero de espacio, como es costumbre en estas sociedades modernistas, donde todos se sienten solos en medio de las multitudes.

Y así transcurre el resto del recorrido, con estos dos personajes sentados en las escaleras de aquel transporte público, como si de los sillones del living de su casa se tratasen, y es que ella no puede mas que estar allí y escuchar, sentirse divertida ante lo infrecuente de la situación, burlándose quizás un poco en su interior de lo tontos que parecen todos a su alrededor al estar tan curiosos por dicha escena, incluso queriéndolo un poquito a aquel intruso de metro y tantos centímetros, que sin permiso fue a contagiarle un tanto de esa alegría y emoción que reflejan su rostro y sus palabras , mientras le narra a ella épicas cotidianas que hablan de todo y no dicen nada, rescatando información a cerca de va a la escuela y trabajaba en la calle, que tiene 3 hermanos y tan solo 9 añitos, y la trata de una forma tan familiar y a la vez respetuosa, que incluso a ella le da gracia cuando le menciona con un “usted” cargado de expectativas, muy diferente del trato al que esta habituada a recibir por pares y superiores, siempre incitándola a ser parte de la conversación por medio de preguntas típicas de dos extraños ansiosos por no sentirse solos en medio de sus rutinas.

Hasta que de forma totalmente casual, pero ciertamente inesperada para ella, él saca de su bolsita de plástico frágil, casi trasparente una muñeca aun guardada en su caja y la mira como si de un tesoro sagrado se tratase, quedando ella totalmente confundida, hasta que repentinamente él vuelve a dirigirse asía ella sin dejar de sostener la muñeca en sus manos y cuenta una historia para la que ella no estaba preparada, “se la compre a mi primita que cumple años mañana” dice él, como si aquello fuese algo normal de todos los días,  resplandeciendo un poco, o quizás bastante,  del orgullo que sentía de haberle podido comprar ese juguete tan esperado a esa primita no mucho mas chica que él, relatando que él la compro con lo que pudo ahorrar de su trabajo, y agrega  de forma secundaria centrando aun su atención en la muñeca “la señora que me la vendió me hizo un descuento por lo que con lo que le quedo pude comprarme dos muñecos de Ben 10” .

Y es allí, justo en ese segundo en el que ninguno de sus años de estudios secundarios, ni la montaña de libros que tiene que leer en la universidad le sirven para encontrar que decir ante aquellas simples dos frases, de aquel niño sentado frente a ella que no deja de hablar alegre de las cualidades del juguete, mencionando que era “una Barbie hada” con vestido con brillos y su propia barita mágica, sintiendo como algo se mueve dentro de ella y sus problemas se resbalaban hasta el ultimo en su lista de prioridades, comenzando a pensar que tal vez esa noche al llegar a su casa no volverá a sentarse a estudiar, sino que hará algo agradable que la distraiga y la haga seguir sonriendo como lo esta haciendo ahora.

Y así, ese viaje cotidiano en ese colectivo sin importancia que aborda casi todos los días, se trasforma, en un espacio casi místico, en donde ella encontró sin pretenderlo, aquello que tan imposible parecía, gracias a un pequeño anónimo que ni siquiera parece percatarse de su merito.

Él ahora ha guardado la muñeca y saca los muñequitos antes mencionado, que si bien no son mas grandes que la palma de su mano, él no puede parar de contarle todo lo que sabe a cerca del dibujo animado del que son protagonistas esos muñecos y como él los va a poner en una repisa en su cuarto para que su hermano no se los rompa porque los mismos son “delicados” y él los va cuidar, y continua hablando sin notar el milagro que ha causado en su interlocutora que lo mira sonriendo sin poder aun decir palabra hasta que la rescata de su obnubilación diciendo que no puede colocarle un ala que venia suelta al muñeco, a lo que ella se ofrece, un tanto temerosa de que él no le quiera ceder su trofeo y que reaccione mal, a ayudarle, sin esperar que el mismo asintiera tan efusivamente y le entregase el muñeco sin ningún preámbulo, avasallándola a preguntas a cerca de todo lo que ella sabe a cerca de dicho programa de televisión pareciendo contento a cada cosa que ella le cuenta que sabe, por las cosas que su propio hermano solo un par de años mayor que aquel niño le cuenta al respecto.

Y ya casi finalizado el recorrido, ellos ya no se sienten como dos extraños, sino que son algo así como amigos ocacionales, siendo que al desocuparse un asiento, él niño lo toma y le hace espacio invitándola a sentarse con él lo que resta de que aquel fugaz tiempo juntos, para seguir escuchando de ella, las anécdotas que esta le cuneta sobre su hermano y sus juguetes de Ben 10 y la de otros niños que ella conoce, queriendo ella con eso, devolver quizás de alguna forma, aunque sea un poquito de todo lo que él le ha dado.

Y antes de que se den cuenta, aquel viaje que prometía parecer eterno, acaba para ella, sintiendo que a penas fue un momento, quizás demasiado breve y lamenta el tener que decir adiós, despidiéndose de él con una sonrisa , el deseo que disfrute mucho de sus juguetes, que estudie para poder saber muchas cosas y asegurándole que su prima va a estar mas que feliz con su regalo, no sin antes sentirse un poco triste porque él menciona que espera volverla a ver alguna vez, justo en el momento en que el trasporte se detiene y abre sus puertas y ella mira para atrás para darle un ultimo vistazo y un saludo con su mano antes de bajar.

Y cuando ve arrancar nuevamente el colectivo, esta vez con ella fuera, llevándose consigo a aquel pequeño niño que sin querer le obsequio algo verdaderamente invaluable en esos escasos 30 minutos en los que se conocieron, ella no puede mas que olvidarse de las pilas de hojas que debe leer, de los trabajos que debe hacer, en si suben los gastos y se acortan los sueldos, en que recién es lunes en aquella atareado semana y que quizás esta noche vuelva a no dormir porque el tiempo no le alcanza, sino que solo piensa en que en medio de su asombro no tuvo oportunidad de preguntarle su nombre a aquel niño ya no tan extraño, y cierra los ojos y sonríe con mas ganas, arriesgándose a que crean que esta loca por como actúa, sin poderle importar menos aquella opinión, pensando en aquel niño y sus juguetes y el rostro de aquella niña a la que tal vez jamás vea, pero que al día siguiente recibirá aquel , quizás único regalo por su cumpleaños, y serán aunque sea, un poquito mas felices… y eso , piensa ella, es lo que hace que todo lo que pueda sucederle … valga la pena.

Nota: dedicado a cada niño que en las calles aprenden a recibir poco y dar demaciado, para que aprendamos todos los dias un poco de ellos y les ayudemos a que su mundo sea cada vez mas grande y brillante… y en especial a aquel niño anonimo que abordo conmigo alguna vez un colectivo de mi ciudad, para que el poderle comprar una muñeca a un ser querido sea solo el principio de muchos logros que te esperen.

Pecado Sagrado 

 

Yo comprendo que es una locura lo que ocultan tus labios
la memoria de un furtivo encuentro recientemente concebido
prueba de un amor secretamente custodiado
que carcome mi orgullo que ya no es mas que una mera mentira
sostenida por mis palabras de falsa arrogancia y algarabía
que pretenden ocultar lo que braman mis adentros
cada vez que te profeso una sutil mirada perdida.

Pero que mas importa
la infimidad que posee el mundo en nuestra historia
es lo que nos permite soportar los crueles designios del destino
que nos condenan a catalogar a nuestros sentimientos
como el fruto de un amor prohibido.

Altruista fortuna la que nos fue concedida
al poder ser protagonistas de esta historia jamás imaginada
donde el firmamento es el único testigo
de la épica amalgama del edén y del averno
cada vez que tu piel se nutre con mis caricias
y mis fanales luceros irradian ese brillo lujurioso
victima del deseo de ser nuevamente la ladrona de tus besos.

Si tan solo existiese la vana esperanza de poder profesarnos libremente
lo que nuestros corazones nos mandan
sin tener que ser sometidos a las miradas del vulgo
que con sus prejuicios nos convierten en mártires
a causa de este sentimiento tan incontrolable
que se adueño por completo mi de voluntad
y contra el cual ya no ofrezco ninguna resistencia
ya que me confieso culpable del crimen cometido por mi alma
de volverse adicta al roce de tus palabras con mi odio
mientras me dedicas confidencias que solo a mi y ti nos pertenecen.

Que nimiedad tiene cuantos relatos de fugases amoríos
puedan rememorar en mi legajo
o cuantas féminas aleguen de ti haberse enamorado
si puedo poseer la certeza de que tú te encuentras a mi lado.

Cuan ridículos son ante la razón
todos los tabúes con los que fui educada
que triviales nos parece el origen de tu sangre
o lo oprobioso de mi nombre a la hora de amarnos
porque solo tú y yo comprendemos las dimensiones de este amor
tan puro digno de designarse soberbio por sobre la sustancia mas casta
que pueda contener un cáliz dorado.

Quien hubiese sido el bizarro
que alguna vez hubiese osado en imaginarse tal proeza
de que nuestras almas en apariencia antagónicas
sucumbieran ante este sentir tan glorioso y antiguo
como la misma creación del mundo.

yo lo hubiese creído demente, a aquel que alguna vez hubiese dicho
que yo me convertiría en la guardiana de tu mas atesorado misterio
en la única capas de comprender la complejidad de tu sonrisa
la inocencia de tus labios, la ternura de tus manos
el significado de tus silencios, lo admirable de tus convicciones
lo prodigioso de tu intelecto, la belleza de tus discursos,
la sutileza de tus miradas y la implicancia de cada uno de tus gestos.

O que hubieses sido justamente tú el conocedor de mis miedos
El único capaz aceptar todo cuanto soy, de comprender mis pensamientos,
de acompañarme en mis sufrimientos,
de apoyarme en mis difíciles decisiones a pesar sus consecuencias sin juzgarme,
el responsable de mis sueños
y el propietario de mis días sin descanso y mis noches de desvelo.

Me he convertido inesperadamente en la envidia del más abnegado poeta
que ha soñado toda su vida con toparse con su musa
mientras que yo puedo alardear de ser la única dueña de la inspiración mas preciada
la simpleza de tu ser…

Porque con tan solo observar el fervor que empleas en realizar una simple labor
o la graciosa forma en la que intentas arreglar tus enmarañado cabello
miles de sensaciones se apoderan de mí
haciéndome experimentar la necesidad de poseerte nuevamente entre mis brazos
redescubriendo beso a beso
el enigma que enmarca cada punto cardinal tu cuerpo
como en un juego de correrás en medio de un laberinto
donde la recompensa es llegar hasta el núcleo de tu corazón
donde sé que tu me aguardas con el anhelo de que nunca me marche
dejándonos consumir por la lumbre de nuestros impulsos
coloreados con pinceladas de concupiscencia y dulzura.

Y mientras me hallo como de costumbre rodeada de personas
que mas bien son solo sombras para mí
que presumen de conocerme cuando ignoran por completo
que únicamente es tu existencia el verdadero motivo por cual respiro cada día
contemplo como te encuentras tímidamente sonriendo
por algún comentario emitido por tus amigos
mientras reacomodas detrás de tu oreja un rebelde mechón que te obstruía la vista.

y desvías por un efímero segundo la dirección de tus pupilas
para chocar con mi grisácea mirada,
lo cual me provoca un sutil enrojecimiento en mis mejillas
suceso que es percibido únicamente por ti
para luego volver a fijar tus ojos
en la conversación que se entabla en la mesa en la que permaneces
la cual se halla separada de la mía por una distancia en el espacio
que es acortado cada vez mas con cada eufórico latido perteneciente a nosotros dos.

Pero ya no te encuentras concentrado en lo que acontece a tu alrededor
sino que tu mente se halla pendiente al mas mínimo ademán realizado por mí
ya que lo que ocurre con las demás personas
no es motivo de tu incumbencia en este momento puesto que comprendes perfectamente
la sugerencia de mi mirada, que tan solo pretende el hacerte saber que a pesar de todo
yo me hallo junto a ti, sin importar las distancias, sin interesar lo que suceda.

siendo indiferente al odio ofrecido por tus amigos
y a la obsecuencia de mis parientes
sin pretender que nada cambie, yo me encuentro aquí, a tu lado
resignada a proseguir con mi destino y que tu cumplas con el tuyo
entendiendo el hecho de que todas las demás personas sean eternos ignorantes
de esta parábola en la que se convirtió nuestra historia de amor
que pretende convencernos de que todo lo que es simplemente perfecto
como lo es nuestra unión… es simplemente imposible.

siendo ambos los únicos capaces de comprender
las dimensiones de este sentimiento
que embarga imprudentemente nuestras ánimas estremeciéndonos la piel
ya que solo tú y yo sabemos lo que desconoce la gente
al intercambiar un despectivo saludo y un gesto hiriente de falsa indiferencia
que pretende negar lo que solo los viejos muros atestiguan
como exclusivos espectadores de lo que fue, es, y siempre será
el pecado mas sagrado que yo tuve la dicha de perpetrar.

En una especia de giro de 180º aqui traigo una fanfic que comence a escribir hace un par de años , en un el mismo foro donde escribi en fic «tarde».

Desde mi punto de vista, no es uno de los mejores que he leido pero es lo bastante aceptable como para ser publicado considerando que fue el resultado de mi primera incurcion en esta rama de la escritura…

Este es un relato en el cual se presenta lo que sería mi versíon de la historia respecto a lo que acontencio con el romance de James Potter y Lily Evans, dos personajes de la saga de Harry Potter, mas especificamente los padres del protagonista…

No consta de demaciados capitulos y personalmente me diverti mucho escribirndola…asi que solo espero les sea agradable a la lectura.

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 ¿tu amor me pertenecera?

 

PROLOGO

 

 ¿Alguna vez se han preguntado, qué  hubiera sido de James sin Lily o de Lily sin James?… ¿Alguna vez se imaginaron porque las cosas entre ellos pudieron cambiar? ¿Qué fue aquella demostración tan grande de amor que le ofreció aquel joven a la pelirroja para que esta comprendiese que sus intenciones para con ella iban mas allá de una simple conquista? ¿Cómo es que James logro que la mujer de la que el estaba enamorado ya no lo detestase? ¿Habrá sido realmente él quien luego de miles de intentos por acercarse dio el verdadero primer paso? ¿Por qué Lily  primero detestaba tanto aquel moreno y luego de repente lo amaba? ¿Por que esa actitud tan antipática  para con él? ¿O se animaron a pensar en que hubiese sucedido si James se hubiese dado por vencido y  hubiese desertado de sus intentos por enamorar a Lily?.

Miles de preguntas…..muchas sin respuestas, pero esta es la historia que los hará pensar distinto…

Porque ¿Quién dice que fue realmente James el primero en enamorarse? ¿Quién asegura que fuel verdaderamente él quien “triunfo” en esa batalla? ¿Porque subestimar el poder de una mujer enamorada?, o ¿por qué pensar que fue distinto a lo que siempre se creyó? . Después de todo esa es una respuesta que solo se hallara una vez que se comprenda que el destino ha veces puede ser el mas obstinado de nuestros maestros ya que nos enseña constantemente que hay caprichos que la vida se da para con nosotros, que muchas veces no comprendemos pero que siempre terminan sucediendo….como se supone que tiene que ser…

(hacer click sobre la imagen para una mayor definición)

Como se podrá apreciar, por el enorme trabajo que significa hacer una genealogía precisa de tan extensa familia, me fascinan los gráficos genealógicos; por lo que aprovechando la enorme cantidad de datos de parentescos con lo que contaba en la historia de Harry Potter, hace aproximadamente un año decidí hacer este árbol genealógico, mas por curiosidad de como quedaría que por algún motivo en particular.

Sin embargo, al ir leyendo el fic de “Harry Potter y el hacedor de Reyes” de Martin Lazarte, no pude ignorar el estupendo uso de los parentescos que este hace para la creación de sus personajes, así que como datos aleatorios, coloque a todos los personajes de dicho fic que se hallarán relacionados con este árbol genealógico; el resultado fue finalmente, un enorme grafico que consta de aproximadamente 11 generaciones (no son exactas puesto que hay generaciones que se pierden entre un personaje y otro que estan emparentados) y un abanico de nombres tales que de no ser por sus ascendentes y descendentes , jamás hubiese pensado que estarían en una misma genealogía.

Algunas de las aclaraciones para su lectura son:

1-las ramificaciones están ordenadas en “columnas cronológicas”, que pretenden facilitar la comprensión de las relaciones de ascendencia y descendencias, pero no en todos los casos las edades concuerdan perfectamente, ya que las edades en las que se tiene hijos es relativa, por ello también las generaciones.

2- Las referencias hechas con negro son datos del canon dados por J.K.Rowling

3- Los datos en color rojo son creados por el fic del “Hacedor de Reyes”

4- hay tres excepciones, en el caso de Rupert Gibbon,  Gerald Prewett y Míridates Gamp, cuya existencia en el mundo de Harry Potter es autentica, pero a quienes Rowling nunca dio un nombre de pila, por ello su cuadro es de color negro (porque son personajes que forman parte del canon) y sus nombre en color rojo (porque son invención del “hacedor de Reyes”).

5- Las líneas punteadas hacen referencia a lazos familiares remotos o bien (si son solo en una pequeña sección), es para evitar la confusión entre dos líneas que inevitablemente por cuestión de espacio se cruzan.

6- Hay algunos marcos que contienen leyendas como “N nº de hijos” seguidos de un apellido, esto se debe a que se sabe de la existencia de hijos de los cuales se desconoce el numero exacto. Por ejemplo: N nº Malfoy

7- Hay cuadros que encierran nombres como (hijo) o (hija), acompañados de un apellido. Estos cuadros hacen referencia a personajes que Rowling dijo “existían” (en el canon), pero de quienes se desconoce el nombre. Por ejemplo: (hijo) Bones

8- También hay cuadros que contienen nombres propios acompañados solo de un guión medio, esto se debe que en estos casos lo que se desconoce es el apellido del personaje. Por ejemplo: Audrey  –

9- Hay cuadros con leyendas que dicen “(parientes)” acompañado de un apellido, estos hacen referencias a la ascendencia común de dos personajes, no ligados de forma directa. Por ejemplo: (parientes) Bulstroide; para hacer regencia a que Violetta Bulstroide y Milicent Bulstroide comparten una ascendencia en común.

10- Me he tomado la libertad de agregar a todos los parentescos mas recónditos, como “Mafalda Prewett”, quien si bien no tuvo aparición oficial en la saga de Harry Potter, nunca se negó su existencia en el mundo muggle, por lo que me limito a creer que simplemente Gerald Prewett tuvo dos hijos, Mafalda y el padre de Isaac ( personaje del fic “hacedor de Reyes”) , ambos muggles y que por ello nunca se los menciona, al no tener relevancia en la historia.

11- Así mismo, agregue a todos los personajes de la generación siguiente a la de Albus SeverusPotter (todos de invención del fic anteriormente mencionado) de los que tenemos conocimiento hasta el momento.

12- Existe una única línea verde, que une a “Draco Malfoy” y a “Astoria Greengass”  (quien es la verdadera esposa de Draco según el canon), con “Scorpius” Malfoy (quien es el hijo de la pareja). Ya que por cuestiones de que Martin comenzo a escribir su el fic antes de que Rowling diera a conocer el nombre de la esposa de Draco Malfoy, ha esposado a este con “Pansy Parkinson”, por lo que ella y sus antecesores (inventados por él), pasarían a formar parte de la genealogía aquí presentada, Excluyendo así a la rama de Astoria. Sin embargo no pude resistirme a colocarla y ver como sería si dicho inconveniente no hubiese ocurrido.

bueno, sin nada mas que decir al respecto, solo espero que les agrade mi trabajo, tanto como se agrado a mí realizarlo.

Secretos


Risas y mohines con las manos, que cuentan grandes historias, que en verdad no son mas que aisladas travesuras y bromas de los últimos momentos, alguna que otra anécdota digna de recordar a esas tempranas horas del desayuno y futuras travesías a realizar construyéndose entre charlas, por parte de los cuatro jóvenes que se encuentran allí cerca.

Ruidos, desorden y jolgorio, aromas a bocadillos recién preparados y sensación de compañía, que le parecen lejanos, como si ella fuese tan solo una espectadora

Porque ella es todo estructura y organización, la imagen de la hija y alumna ejemplar, modelo a seguir en cuanto a normas y conductas, media cola alta, sujetada en un pulcro lazo rojo, cabello alisado al ras y puntas cepilladas; corbata, túnica y falda correctamente acomodadas, zapatos e insignia lustrados y camisa prendida hasta el ultimo botón…

Lily es la prefecta perfecta de Hogwart, de modales adecuados y actitud retadora, encantadora, agraciada, lista, sagaz y autosuficiente, de semblante admirable y mirada de leona, dueña de una barrera para muchos impenetrable, la figura precisa de una mujer inalcanzable.

Imagen…que ella misma construyo en sus años de estudiante, sobresaliendo en sus notas, resaltando con su personalidad y sobre todo… alejándose de las personas, porque su excelencia, para muchos envidiable, también es secretamente su castigo

Porque nadie sabe que esa pelirroja en apariencia perfecta, que se encuentra sentada tranquilamente en la mesa del comedor, con actitud solemne e inquebrantable, a simple vista, demasiado abstraída del mundo que la rodea; en realidad se encuentra atenta a la conversación de en junto, espiando por la rendija de su ojo a cierto chico de cabello rebelde y ojos castaños.

Porque aunque ella públicamente siempre lo niegue y lo rechace fingiendo indiferencia, Lily esta cansada de ser solo una utopía, esta cansada de que “Potter” la invite a salir y le coquetee delante de las personas, esta cansada de escuchar de sus labios un “Evans sal conmigo” vano y superficial y esta cansada de no sentirse viva.

Porque lo que ella realmente desea, es que James la tome del brazo y se la lleve lejos de todo, del olor a responsabilidades y cordura, quiere que le susurre un “Lily” al oído antes de robarle un beso sin permiso en un corredor vacio, y soltarse el cabello mientras corre descalza junto a él, hacia un rumbo desconocido lejos de las miradas de todos, de los prejuicios y sobretodo de la guerra…

Porque a veces se cansa de aquella función cotidiana, en la que se convierte en protagonista de esa mascarada irrisoria donde ella no es mas que la “señorita Evans”, la correcta y excelente señorita Evans, la que nunca se equivoca, la que realiza pociones perfectas, jamás comete un falta, la que se sabe de pies a cabeza el reglamento escolar…y no tiene idea de que es eso a lo que lo Potter y sus amigos llaman vértigo…

Porque a veces, y solo a veces… a Lily Evans, le gustaría ser solo Lily, y poder cometer errores y no sentirme mal por ello, llegar tarde a las clases sin pensar que es un pecado, desearía olvidarse de todo y saber a qué huele la hierva húmeda cuando rodas sobre ella sin control o cuanto duelen en verdad esas bolas de barro que se arrojan Sirius y James cuando juegan a los quemados en el campo de quiddich, Lily quiere sentirse dueña de sus sueños y creadora de su futuro como ha escuchado decir a Remus y comprender como es que hasta él conoce la forma de reír descaradamente a veces por algo hecho por sus amigos…

Por ello, a pesar de que cuando suene la campana ella retornará a su papel de prefecta perfecta como si aquellos pensamientos jamás hubiesen existido, por ahora Lily solo quiere desayunar mustiamente mientras indaga en aquella conversación ajena en la que de vez en cuando escucha su nombre salir junto a un suspiro de cierto chico de lentes, a la vez que un ya asqueado Sirius le reprocha a su amigo que se esta poniendo cursi, Remus ríe divertido y Peter se concentra en no volver a derramar su té…Porque aunque jamás lo admita, a veces Lily se sorprende soñando con solo ser la pelirroja de James…

Herencias

El líquido bermejo dentro de su copa comienza a tomar una textura un tanto grumosa, a causa del constante movimiento en círculos a la que es sometido su contenedor, de una forma mecánica y nerviosa por su mano, como un medio de centrar sus energías en algo discreto que le impidiese dejarse llevar por sus ansias de girar su cuerpo en dirección a las escaleras de la entrada y salir huyendo de aquella realidad por la cual se veía superado.

El silencio omnipresente de aquel pasillo, solo es perturbado por los lejanos vestigios de sus recientes recuerdos a cerca de la escena que acaba de presenciar, que resuenan a viva voz en su mente, aun retumbando en sus oídos los gritos insistentes de su esposa, el ir y venir frenético de los sirvientes, las ordenes tajantes de su madre y por fin, solo el silencio cortado por aquel inconfundible llanto.

Y se siente dolorosamente representado por todos aquellos rostros ancestrales que le devuelven la mirada desde sus sitios específicos en aquella interminable exposición genealógica. Porque están ahí, tan inertes, a pesar de poder moverse, tan inmutables a la realidad, tan seguros de sí mismos, tan altivos ante la vida, tan…tan… tan Malfoys propiamente dicho.

Porque ser un Malfoy no es cualquier cosa, ni una mera casualidad del destino, ser un Malfoy es ser parte de una historia, es saberse dignos del lugar que se ocupa, es cargar con un linaje, un pasado. Ser un Malfoy es ser dueño de un legajo del cual no eres autor; de virtudes, glorias, ideales y errores ajenos, que se marcan a fuego en la piel y el alma de quienes portan tan magnánimo apellido, siendo sus culpas una herencia inherente de su sangre.

Culpas…que provocan murmuraciones desde las sombras, y falsas miradas de camaradería que esconden desconfianza, errores que te señalan por la calle y te cierran puertas, y que muchas veces, aunque él no lo acepte, le quitan el sueño.

E imperceptiblemente mantiene ceñida su copa entre sus dedos, dejando por primera vez inmóvil el líquido dentro, en una clara señal de aprensión ante sus pensamientos, mientras su rostro es una hoja en blanco de la que no puede decirse nada, manteniendo la compostura propia de su estirpe.

Con los ojos anclados en la figura específica de su padre; Draco Malfoy da la impresión de estar a punto de declarar una confesión indecible, a la vez que estudia cada detalle del retrato de Lucius, como si quisiese memorizarse cada punto de color allí presente, en una búsqueda desesperada por la respuesta a su delirio.

Ante esto siente una mixtura inexplicable de sensaciones, ya que allí esta él, desinteresado, ajeno e inquebrantable, en una actitud casi aburrida ante la escena que presencia, mientras el hombre de casi 30 años y ojos idénticos a los suyos, permanece hipnotizado por sus propios análisis, sin reparar en que su padre en realidad no le presta atención.

Y es que…así siempre fue. Un Draco solitario que sobreestimaba con respeto casi místico a aquel hombre tan parecido a él, pero mas alto, mas fuerte, mas grande, mas en todo que él…aquel que de niño le parecía perfecto y de joven llego a odiar. Porque sí, Draco Malfoy odio a su padre…odio a su padre, a sí mismo, a ser un Malfoy y a todo lo que ello significaba; odio tener que convencerse de cosas que no quería, odio no creer en cosas que debía. Porque él es un Malfoy y como tal nunca se sintió libre de ser solo Draco.

Y siente que ahora la vida le pasa factura, y de la peor manera, porque solo ahora comprende que las deudas se saldan en esta vida, y que quizás ni siquiera sea él quien las pague…y siente miedo.

Ese mismo miedo que se apodero de él desde que lo vio por primera vez, hace ya casi una hora, desde que comprobó que es real, de carne y hueso, y esta allí entre ellos. Descansando despreocupadamente, sin saber donde se encuentra, sin saber que ha nacido en un mundo turbio e impredecible, desconociendo que halla afuera hay hambre, pobreza y crueldad; ignorando que hubo dos guerras, ni que ese es el peor recuerdo de su padre; sin comprender que ya es amado sin siquiera haberlo previsto..y sobre todo, que es un Malfoy, algo que será hasta el ultimo de sus días.

Y es que esa criatura de tez pálida y manos pequeñas, no es nada menos que su hijo; algo que es parte de él, de su propia historia. Es esa diminuta fracción de Draco que él esta seguro, es lo único que valió la pena haber hecho… y por ello le parece que esta mal.

Porque él es Draco Malfoy, lo fue toda su vida y esta demasiado acostumbrado a ello como para cambiarlo, hasta el punto en que se da cuenta que no tiene idea de cómo ser “papá”, porque ese no es su nombre, ni su herencia, y nadie nunca lo ha llamado así, ese es un nombre que en su opulento diccionario burgués no le indica nada, y no sabe como llevarlo; porque a él siempre lo adecuaron para ser un Malfoy y nada mas.

Y con estos pensamiento vuelve a quedar perplejo ante el retrato de su progenitor y comprende que él jamás fue tampoco nada mas que eso, el portador de un apellido, y casi puede sentir que le quema su mirada acusadora, esa mirada gris glacial como el acero, mientras su cerebro parece congelarse en ese dialogo mudo donde toda explicación sobra y allí Draco encuentra lo que buscaba, como si todo tuviese sentido de una manera irracionalmente lógica, y lo comprende.

Se tiesa ante aquel pensamiento, y sin previo aviso sorbe el resto de vino de un solo trago, y dibuja una sonrisa de esas verdaderas, que solo le dedica a su mujer, y desde hoy, a su hijo, una de esas sonrisas que lo hacen sentir Draco…solo Draco y se siente orgulloso por ello. Y asi como llego se marcha, sin pronunciar palabra, sin mirar a atrás en aquellos pasillos oscuros donde reposan los recuerdos de sus ancestros dejando sobre un esquinero la copa ya vacía y se dirige al lugar donde debió estar desde el primer momento.

En aquella ala todo es quietud y candor, un aire acogedoramente nuevo que él no recuerda haber sentido nunca entre aquellos muros, se desliza cuidadosamente para no alarmar a nadie con sus pasos y mas aun porque no quiere ser justamente él quien perturbe los sueños de su hijo, algo que jamás se le hubiese ocurrido hacer antes por nadie.

Al entrar al cuarto donde reposa la turgente cuna, se percata que es la primera vez desde que prepararon el cuarto que entraba allí, y que nada es tan terrorífico como su mente tramaba, al contrario, ya no piensa, solo se guía por una especia de sentido oculto que jamás creyó tener y entra sin encender ninguna luz, resignándose a acostumbrar su vista a la lumbre que rodea al recién nato.

Y allí esta, Scorpius Hyperion Malfoy, con toda su curiosidad y sus grandes ojos azules idénticos a los de su madre, observando a aquel, para él, desconocido, al que pronto llamara papá. Y Draco ya no tiene miedo, porque no importa si es un Malfoy, si el portador de un legajo de sangre y prejuicios, si es el nieto de Lucius o su propio hijo…porque para él solo será Scorpius.

Y cuando esa noche se acuesta al lado de su esposa para resguardar sus ensueños, tomarla de la mano y decirle con un beso que todo estará bien, Draco realmente lo cree así, porque Scorpius tiene algo mas halla del cabello rubio, la piel blanca y la nariz respingada, que lo hace muy diferente de cualquier otro Malfoy….y que es lo único que se siente fausto de haberle legado… es ese brillo particular en la comisura de los ojos que solo se ve en él cuando se encuentra exactamente donde esta ahora, y sabe que su hijo será muy diferente a él, porque heredo el amor que solo Astoria Malfoy supo despertar en su corazón.

Guardando secretos

 

Otra vez es media noche, y la sombra de siempre la saluda irrisoriamente desde la esquina del aparador donde reposa intransigente aquel reloj de roble tallado con motivos de flores rococó que su marido compro en navidad para decorar el comedor, aquel adorno tan molesto que a ella no le perturba por el simple hecho de su presencia, la cual es a su gusto, bastante pintoresca y agradable, sino porque con cada movimiento de sus manecillas le hace recordar que la noche avanza y ella aun se encuentra allí despierta, observando como una esquizofrénica aquel artefacto que pareciera burlarse de su cansancio, el cual le ayuda a disimular los sentimientos de preocupación y enojo que se baten a duelo dentro de ella.

Y revisa el contorno de la puerta, con la esperanza de ver atravesar por ella a la figura de aquella joven de quince años, cabello lacio rojizo y expresión despreocupada que tan ansiosamente espera, perdiendo la cuenta de cuantas veces realizo aquella acción en esta jornada, resopla malhumorada, y continua revolviendo inútilmente con una cuchara el contenido frio de su quinta taza de té, la cual sabe ya no beberá por esta ocasión, y repasa mentalmente todo el rosario de reproches que ya tiene preparado para cuando llegue su hija, controlando que en su discurso no se le olvide agregar nada, siempre destacando las palabras irresponsabilidad, desconsideración y abuso de confianza

Intenta distraerse con lo que encuentra al alcance de su vista, para así no permitirle ganar la contienda a la obstinada fatiga que no le permite mantenerse concentrada en su vigilancia continua de la ventana que se encuentra frente a ella, a la expectativa de distinguir alguna silueta conocida deslizándose por allí camino a la entrada, pudiendo distinguir entre la penumbra, escasamente las difusas imágenes de las fotografías allí presentes, reconociendo el contorno de cada portarretratos de memoria, pudiendo describir su exacta ubicación con los ojos cerrados.

Y es que aquel es para Audrey uno de los mayores placeres que alguien le podía permitir en su existencia, el poder contemplar en una sola pasada de hoja toda la historia de su vida desplazarse ante sus ojos y reconocer en aquellas diminutas representaciones de sus seres queridos, los rostros de quienes son protagonistas de aquella historia, aquellos que le dan color a sus días y descanso en sus noches, en todas, excepto en aquellas en las que Lucy decide hacer una de sus famosas salidas con las amigas que conservaba en aquel barrio muggle, donde viven desde que ella y su marido decidieron que era momento de formar una familia.

Una familia a la que le dedico cada gota de sudor que tuvo en su cuerpo, porque desde el momento en que se enamoro de Percy, ella comprendió que quería ser su esposa y poder despertar con él cada mañana, acunar a sus hijos y verlos crecer juntos, tarea que suena simpática y hasta poética simplemente dicha, pero muy difícil de realizar, mas para aquella mujer que tuvo que aprender a ser madre de hijas tan distintas entre sí, y no era que comparara a sus hijas, sino que se vio obligada a comprender lo que parecían dos mundos paralelos, uno de Molly y otro de Lucy.

Mientras que la mayor de sus hijas poseía un carácter muy similar al de su marido, bastante tranquilo, responsable, idealista de las normas y el control, siempre siguiendo una estructura bien organizada de planes y objetivos, haciéndola incluso bastante predecible en sus reacciones, Lucy era totalmente lo contrario, y eso la irritaba, aquello la contrariaba , porque se sentía identificada con esa forma despistada y alborota de andar por la vida de la menor de sus hijas, porque nadie comprende a Lucy tanto como Audrey cuando de costumbres fastidiosas y extrañas se trata, y por ello ahora se encuentra en aquella situación, allí inerte a la mitad de su sala en la oscuridad, velando a la luna en espera que la mas pequeña de todos los nietos Weasley aparezca en su hogar; y ella en lo mas intimo de sí, no puede culparla porque reconoce haber sido ella misma aun peor que su hija, haciendo cosas de la que esta segura su hija nunca haría, como haberse escapado de su casa, aventura que termino con el llanto de perdón hacia a sus padres a quienes casi mato de un infarto, y ahora siente que el destino o lo que fuese que dirige los acontecimientos esta vengándose de ella, haciéndola sentir la angustia que tantas veces inconscientemente ella provoco de joven.

Se levanta pasivamente del sillón que le hacia de soporte en su descanso a medias, dejado su helada taza de té, olvidada sobre la mesita ratona del comedor, y se dirige hacia aquellas fotografías allí expuestas, mientras reprime con la palma de su mano un bostezo inoportuno que le recuerda que el tiempo sigue avanzando y aun no hay señales de su hija cerca de la casa, para así volver a dirigir su mirada al reloj omnipresente en sus pensamientos, para descubrir que tan solo han pasado unos imperceptibles minutos desde la ultima vez que lo controlo y sintiendo una punzada incomoda que ya se ha convertido en su colega de aquellas noches de vacaciones en las que Lucy se ausenta, siempre prometiendo retornar a un horario que jamás es el que en realidad regresa, y el miedo y la cólera son un mal coctel para una mujer que cuenta con mas de cuarenta primaveras.

Y se resigna, porque sabe que así es su hija, porque ella podría describir cada cosa que hace, como siempre termina olvidando sus llaves sobre las mesas teniendo que regresar a medio camino a buscarlas y muchas veces recordándolo cuando llega a la puerta de su casa, nunca lleva reloj porque para ella el tiempo es algo libre que no hay que reprimir con horarios, suele tomarse su tiempo para llegar a todos los lugares porque prefiere ir caminando a cualquier otra forma porque le gusta sentirse dueña de sus pasos, recuerda tarde los compromisos planeados y siempre tiene contratiempos producto de su incansable manía de querer hacer todo en el ultimo momento.

Estira su brazo para así poder tomar la imagen mas cercana, aquella en la que su hija Molly se encuentra saludando asía el frente dichosa mientras su yerno la abraza por la cintura con una gran sonrisa y se puede observar una extensa playa de fondo, donde pasaron hace unos meses su luna de miel, y es que, ¡como pasa el tiempo!; ver allí tantos recuerdos viejos y recientes, le hace notar que sus hijas están creciendo y comenzando a hacer sus vidas, independientemente de ella, y pronto en aquella pared deberá hacer lugar para las nuevas imágenes de sus hijas mas crecidas y hasta quien sabe, de sus nietos.

Y al colocar la fotografía en su respectivo sitio su mirada se despliega por el recorrido de marcos en la pared, donde observa a sus padres, hijas, sobrinos, cuñadas, cuñados, suegros, amigos, a su marido y ella misma devolverle la mirada a través de los años, y se enternece con la que encuentra junto al lugar donde se encontraba la recientemente acomodada, la quita de su lugar y la lleva consigo hasta el sillón, donde nuevamente se sienta para poder contemplarla en todo su esplendor.

Se convierte en espectadora de una gran fiesta realizada en los jardines de la casa de sus suegros, que tiene como personajes centrales a un hombre joven de cabellos rojizos, mirada perspicaz y traje elegante y su reciente esposa, lo que a Audrey le recuerda a cierta chica morena que llego tarde al día de su boda porque había olvidado donde guardo sus zapatos de tacón blancos y termino casándose luciendo unas sandalias plateadas que tuvo que ir a pedirle a una vecina, mientras cierto pelirrojo adicto a la puntualidad ya se encontraba demasiado acostumbrado a aquellos sucesos como para pensar que lo habían dejado plantado en el altar, sabiendo que en cualquier momento aparecería por la entrada de la madriguera una joven a medio peinar, ciertamente apurada y portando un vestido blanco, con alguna de sus múltiples anécdotas catastróficas en las que ella por milagro pudo llegar a su propia ceremonia de matrimonio, con ese brillo en los ojos de cachorro arrepentido que tanto cautiva a Percy y que es el mismo que implementa su hija cuando comete alguna falta, y pensando todo aquello a Audrey le sorprende haber terminado casándose con alguien como su marido y mas aun no comprende como hizo ese hombre para lograr cambiarle tan radicalmente su vida.

Y suspira para sí misma, porque cuando Audrey percibe el click del cerrojo de la puerta, recuerda cuando ella misma era adolecente y sentía ese deseo loco por escaparse de las reglas y de sus padres, y como siempre al fin de sus travesías volvía a casa por voluntad propia, y entonces ella decide que esta vez, y solo esta vez, fingirá estar dormida, como hacia su propia madre, para que cuando Lucy cruce el umbral del comedor, la descubra allí reposando en aquel sillón incomodo junto al reloj de casa y sepa que la estuvo aguardando, pero piense que se salió con la suya y que fue una jordana bien librada.

Siendo diferentes

Se ríe escueta y forzosamente de algún chiste pronunciado , sintiéndose a veces un tanto desubicado en ese lugar, y aunque sabe que aquella siempre fue su familia no puede ocultar que por un tiempo se sintió tentado de negarlo, y aunque tiene escusas para aquello se arrepiente de haberlo hecho y esta convencido de que no lo volvería a hacer, porque lo quieren, él los quiere y eso nunca va a cambiar, porque es parte de ellos, es uno mas a pesar de que muchas veces se sintió diferente, incomprendido e incluso excluido de aquel grupo de hermanos, y al pensar aquello gira inconscientemente su cabeza hacia unos cuantos metros mas alejados de la madriguera, donde se encuentra una silla donde reposa su hija mayor, compenetrada en alguno de esos múltiples relatos históricos que tanto le fascinan, totalmente abstraída del resto de sus primos que se hallan concentrados en todo tipo de actividades diversas bastantes diferentes a la lectura minuciosa de su hija.

Y no puede evitar verse a él mismo reflejado con doce años y rodeado de hermanos que no compartían sus gustos ni forma de ser, atrapado en una familia demasiado numerosa y bulliciosa, donde jamás tenia lugar para ser él mismo y que ahora agradece tanto conservar. Porque desperdicio tres años alejado de ellos y no tubo la oportunidad de decirle por ultima vez cuanto quería a su hermano Fred, y siente una punzada en el estomago, aquella sensación que tan bien conoce y se ha vuelto parte imperceptible de su vida, la culpa.

Culpa por no valorar el afecto que tenía cuando creció y tubo la oportunidad de elegir entre aquello y sus propios egoístas intereses; y tiene miedo, miedo que ella cometa el mismo error, temor a que se repita la historia, y que esta vez él deba ser quien sienta el desarraigo de ser a quien su propia sangre le de la espalda y no lo tome como importante e indispensable en su vida, pero sobre todo a Percy le asusta que Molly sufra tanto como él.

Y él sabe que no puede amortiguarle los golpes que le depara la vida, pero puede advertirle, es por eso que cuando nota como ella se aísla del resto de los presentes, él se pregunta si sus padres se sintieron igual que él en aquellos momentos y llega a la conclusión de que quizás él no sea el mejor padre del mundo, pero le prometió a aquella niña, cuando era tan solo un bulto de mantas entre sus manos, hacer el intento, y definitivamente él va a cumplir esa promesa, porque si hay algo en lo que él puede decir que es todo un Weasley es en el valor de su palabra, algo que siempre reconoció a sus padres, incluso desde su foro intimo en aquella época en la que él se distancio porque ellos no querían ceder de su lealtad a la orden del fénix, actitud que ahora Percy reconoce lo mantiene orgulloso de ellos.

Y mientras la charla en torno a la mesa en la cual se encuentra presente, se deriva en una difusa anécdota a cerca del día en que Ron casi incendia sortilegios Weasley, de no haber sido por Angeline, culpa de un incidente con unas cajas explosivas, que todos los presentes comentan y él apenas percibe, sus pupilas se hallan ancladas en la comisura de sus ojos, para no perderse detalle de los movimientos de Molly, quien continua ajena a las risas y juegos que se desenvuelven a su alrededor, y reprime un bufido de fastidio consigo mismo, por no poder decir con exactitud cuando comenzó a tener aquella actitud su hija, por no haber notado antes que se le parecía tanto, o no haberle dado demasiada importancia.

Pasan por su mente todos los momentos en los que recuerda haberla visto exponiendo todo su ingenio para lograr quedarse sola en un rincón, en medio de una casa atestada de invitados a reuniones y celebraciones familiares, y se sorprende al percatarse de que son mucho mas frecuentes y comunes de lo que pensaba, y se siente responsable de dejarla crecer así, porque es justamente lo que intenta evitar, manteniéndose unido y haciendo a su propia familia parte de aquel grupo de personas que él sabe estarán allí con ellos en los buenos y malos tiempo. Pero lo que Percy no puede predecir ni controlar es el propio carácter de Molly Weasley, tan diferente al de la mujer por quien lleva ese nombre, y tan similar a aquel que le heredo su apellido.

Decide regresar a la conversación que se desarrollo frente a él, cuando se percata de la intermitente mirada de su mujer sobre él y su punto de visión, su hija, con una expresión que hace mas de una pregunta muda, donde deja en claro que se halla curiosa por saber que es en lo que esta pensando, pero que aun así no se ha desconectado del resto de los presentes como lo hizo él, a lo que él simplemente le sonríe sinceramente, sabiendo que Audrey ama a sus hijas por igual, pero a pesar de conocer su historia, ella no comprendería el porque de la intranquilidad de Percy respecto de la mayor de sus hijas, en algo que para ella es tan solo una actitud normal de su primogénita.

Pero para Percy no es solo eso, es una sensación de perturbación que no deja de remontarlo a los días de infinito vacio en los que se sentía dueño del mundo y emperador de la nada, perdiendo el sueño con las imágenes de sus seres queridos sufriendo y siendo torturados y él no estando presente, para luego levantarse cada mañana y fingir que él no necesitaba de nadie, que era autosuficiente, y que quienes estaban equivocados eran los demás, porque él era el único que se daba cuenta que lo mas importante era seguir con sus vidas y ocuparse de sus propios asuntos.

Y es allí cuando vuelve a observa a Molly, y en su trayectoria su mirada capta las imágenes de sus sobrinos Fred, James, Dominique y Roxane jugando a snap explosivo, a unos cuantos metros de donde se encuentran Lily Louis y Hugo intentando construir un castillo con los nuevos naipes gigantes inventados por George, su pequeña Lucy acurrucada durmiendo sobre unas mantas en el césped, la notable ausencia de Victorie quien aun se encuentra dentro de la casa con Ted preparando las tazas de café para la sobremesa y ahí, justo ahí donde la dejo la ultima vez, se encuentra la silla vacía donde hasta unos momentos se encontraba su hija, teniendo como único ocupante, un libro que reconoce como el que tenia en manos Molly, y por unos imperceptibles segundos se alarma y su mente vaga por toda clase de improbables hipótesis, hasta que logra ubicar nuevamente, en el viejo árbol seco donde siempre se han ocultado los gnomos, la figura de su hija correteando alrededor del ancestral manzano en compañía de Rose y Albus que se hallaban allí platicando hasta lo que en ese momento aparentaba ser una súbita invasión de gnomos sobre su lugar de descanso.

Y él la ve reír, la ve correr junto a sus primos y demostrarle que ella también es una niña mas, que sabe disfrutar de momentos como aquel y sobre todo, que aprecia no estar sola en ese momento; y Percy no puede evitar esbozar una notoria sonrisa ante aquella visión y el recuerdo de que él también tuvo esas memorias en su infancia, él también fue un niño feliz, repleto de cariño, al que le gustaba corretear a los gnomos muy a pesar de que su madre se pusiera colérica, él también en alguna ocasión se ensucio de tierra y disfruto de rodar por el manto verde de los jardines de su casa, y aunque no solía participar de la mayoría de los divertimentos de sus hermanos, porque prefería una calma lectura o realizar sus deberes, si lo hizo alguna vez por intención propia, y aunque él no era precisamente el favorito del grupo siempre lo aceptaban en sus juegos; y ahí Percy se da cuenta de que Molly en realidad es mucho mas parecida a él de lo que creía, porque no solo comparte su gusto por la soledad y la quietud, sino tan bien por la familia, porque mirarla allí siendo simplemente una mas de aquel grupo de niños, le hace saber que él siempre amo ese conjunto de cabezas pelirrojas a los cuales con los años se le han agregado otros matices, como el rubio, moreno y castañeo al que también les ha tomado afecto, a pesar de que le costo tanto darse cuenta, y se siente tranquilo de saber que su hija ya desde joven es mucho mas astuta que él, porque él puede observar en el brillo de su rostro que a ella le tomo menos tiempo, comprender que los quiere.

Entre libros y pergaminos

 

El chirrido de la pava sobre la hornalla de la cocina le anuncia que el café a llegado a su máximo punto de ebullición de una manera poco amigable y silenciosa, por lo que decide levantarse de su lugar de trabajo momentáneo y dirigirse hasta la cocina para poder acabar con el concierto de silbidos que en ella se desarrolla y así poder conservar el silencio y la clama que se expande por su hogar a esas horas que sobrepasan la media noche , pensando que tal vez sería mejor para su dolor de cabeza, producto del esfuerzo por concentrarse en esos enredosos artículos con sus incisos y acepciones del nuevo decreto que esta controlando a cerca de la tenencia de creaturas domesticas, el invocar una taza de café ya prepara, pero recuerda que gracias a una de las cinco excepciones a la ley de Gamp de trasfiguración elemental eso no es posible, por lo que se resigna y vierte el liquido marrón con total pasividad dentro de una taza que reposa sobre la mesada, impregnándose del aroma de aquel, para ella, elixir liquido y la toma entre sus manos para retomar hacia el lugar de su lectura.

Y antes de regresar hasta su estudio, donde sabe le aguardan pilas de pergaminos en espera de ser revisados, detiene su andar por el pasillo, en frente del cuarto de la mayor de sus hijos, donde a pesar de ser aquel incluso un horario indecente para el desvelo, se puede identificar por la ranura de la puerta, la luz prendida, por lo que decide desviar su camino para así ingresar hasta la habitación.

Una vez que logra desplazar la puerta sin hacerla rechinar, labor en la cual toda madre con el tiempo se vuelve experta, le es posible obtener un panorama completo del interior del lugar, por lo que su atención es inmediatamente captada por la imagen de su pequeña, con la cabeza y parte de su torso totalmente recostada sobre la mesa que utiliza de pupitre, mostrando claramente que su intención no era perpetuar su sueño allí ya que se encuentra utilizando de almohada una de sus carpetas cuyas hojas perfectamente escritas con esa caligrafía demasiado prolija para ser la de una niña de ocho años, se halla bastante arrugada y en proceso de mayor deterioro a causa de ser implementada para aquel fin.

Hermione suspira resignada, ella conoce a su hija, y sabe que a pesar de que la escuela a aquella edad no le exija demasiado, ella siempre querrá dar el doble del esfuerzo que le piden, porque ella quiere saber, ella quiere tener las respuestas, a Rose no le gustan las dudas ni las incógnitas sin resolver, le molesta no comprender, y sobre todo, no ser capaz de algo; porque inevitablemente Rose heredo eso de Hermione, la tendencia a nunca saber cuando parar cuando se trata del conocimiento; por lo que intentando hacer el menor ruido posible deja su ya tibia taza de café sobre el escritorio y se dispone a acomodar las pertenencias allí dispersas, tarea que podría hacer con un movimiento de barita, sino fuese porque ello haría demasiado bullicio, comenzando por quitar de la mano de la niña un lápiz con que tenía la intención de continuar su tarea.

Aquella mujer de cabellos castaños arreglado en un gran moño algo desordenado a causa de algunos risos que se niegan a permanecer allí inertes, con la mirada escondida tras sus lentes de lectura y templanza de abogada preocupada por su trabajo, no muestra una imagen demasiado maternal para quienes no la conocen, incluso podrían decir que Hermione Weasley no es de la clase de madres que dan consejos sobre vestidos para las muñecas, recuerda el nombre de su súper héroe favorito y prepara tartas de melaza los domingos, pero no es así, ella se esfuerza por no ser así, porque ama a sus hijos y porque reconoce que le dedica mucho tiempo a sus actividades laborales, pero aquellos son sus hijos, sus únicos hijos, y aquella su única oportunidad de vivir sus vidas con ellos, y eso Hermione no lo piensa desperdiciar, solo que a veces, mas que de vez en cuando sus planes no coinciden con los de sus obligaciones, y ella se ve en el la odiosa encrucijada entre dedicarles mas horas a sus hijos o cumplir con su deber, lo que en general acaba en una cena un tanto apresurada, en la que comparte escasos minutos en familia luego de un día colmado de actividades individuales de cada miembro, para luego dirigir a cada uno de los niños a su cama, despedirse de su marido y encerrarse en su despacho a acabar con algún reciente informe de ultimo momento que parecieran ser la novedad del año por como se producen.

Y muy a su pesar, aunque a veces se queje y muchos no la comprendan, ella acepta que esa es su vida, ella siempre fue así desde que tiene uso de razón, y Rose es igual a ella en ese sentido, demostrándolo en cada cosa que realiza, en la forma en la que constantemente quiere superarse a sí misma, de la manera en la que intenta demostrar que ella es grande y puede relacionarse con sus primos mayores, incluso en su forma de hablar, siempre tan correcta, tan precisa; destacándose entre el resto de los alumnos de su colegio y siempre yendo por mas; y eso a Hermione le asusta…

Porque es cuando descubre entre los objetos extendidos sobre la mesa, un libro dos cursos mas avanzados que al que Rose asiste, que ella recuerda que ella hacia lo mismo, se internaba entre el mundo de la literatura, química y matemática, desarrollando temas mas complicados cuando ya acaba con sus deberes, aislándose del resto del mundo y perdiéndose así momentos invaluables de su infancia que ya no recuperara, porque no es que ella se arrepintiese de ser quien era, sino que acepta haber hecho las cosas un poco diferentes a lo habitual.

Menea su cabeza sutilmente en un intento por espantar aquellos fantasmas que la invaden a causa de la fatiga de la noche y termina de colocar el último blog de hojas en su lugar, para así como fin ultimo juntar todas sus fuerzas y levantar a su hija de la silla de madera donde se halla reposando para así colocarla dentro de su cómoda cama, por lo que luego de realizar aquello y extiende el edredón color naranja y negro con motivos de los “”que su marido le obsequio, para acurrucar a su hija, ella se queda una vez mas observando inmóvil la respiración cálida de Rose, sintiendo como si aquello fuese su mismo aliento, estando segura que así es, porque Hermione a tolerado demasiadas situaciones dolorosas en una corta vida, que pareciera reflejar la trayectoria de alguien muchos años mayor, pero si hay algo de lo que ella esta segura es que si le faltasen sus hijos a ella se le acabaría el aire de cada día.

Recorre la mirada por el contorno de aquel cuarto, y analiza aquellas paredes repletas de diplomas académicos y fotografías familiares, entremezclados con algunos escasos estantes con adornos y peluches, todo perfectamente alineado en un orden estructural, una decoración que representa demasiado bien a la dueña de aquel cuarto, porque así es Rose, organizada y detallista, una amalgama de matices infantiles y responsabilidad de adultos, y ella comprende que esta creciendo al no encontrar ya donde debería estar ubicado un cuadro de Disney que le regalo su madre y en su lugar hallar una tabla de horarios. Y es que a veces Hermione siente que no conoce realmente a su hija, cuando la escucha hablar con esa voz de mandona recientemente adquirida a su hermano Hugo, o hace alusión a algún conocimiento que ella no supiese que tuviera, y ahí ella recuerda escuchar la risa orgullosa de Ron diciendo que su pequeña es tan inteligente como ella, pero ella no esta convencida que aquello sea algo del todo bueno, porque ella no quiere que Rose sea como ella, ella desea que su hija sea aun mejor y que no tan solo tenga una vida productiva, sino fundamentalmente un vida feliz.

Pero no puede culparla, porque admite que a pesar de todo, cuando la ve allí sentada con el ceño entre fruncido sobre algún texto que no acaba de comprender, o le imita sus modismos característico del momento en que relata el desenlace de algún juicio reciente, como si ella misma estuviese dando a conocer información crucial en cada palabra pronunciada, y observa brillar sus ojos azules colmados de expectativa cuando le comenta sobre algún tema de su interés, Hermione no puede evitar notar un reconfortante cosquilleo en la boca de su estomago y controlar aquella voz de su interior que grita gozosa que aquella es su niña.

Abandona su intención de retirarse, sentándose a la orilla de la cama y posa una de sus manos sobre esa enredadisa melena pelirroja que cubre el rostro de su hija, acariciando con la yema de sus dedos con total contemplación por el contorno de sus mejillas, y es que Rose detrás de aquella personalidad centrada y madura aun es solo un niña, es una representación en miniatura de su mundo, de todo lo que es ella, de su forma de reírse y enojarse, de la manera en la que siempre intenta tener la razón, de cómo se coloca sonrosada al igual que Ron cuando lo alagan y esa eterna manía de morderse el labio cuando esta preocupada, y es que carga con la historia de sus padres, y se siente responsable de cumplir con sus expectativas y sueños, de demostrarles que ella cree en lo mismo que ellos y que es tan valiente como aquellos que lucharon por construir el mundo en el que vive, porque Rose nació en tiempos de paz, pero carga con la memoria de una guerra, una contienda en la que no tiene incumbencia pero que esta al tanto que aun provoca esporádicas pesadillas a sus padres, tíos y abuelos, y Hermione sabe que Rose es mas perspicaz que la mayoría de los niños de su edad, pero también sabe que a fin de cuentas es demasiado pequeña para comprender la complejidad de todo aquello, que para ella tiene la misma resonancia que cualquier relato histórico de sus libros escolares, y de alguna manera aquello a Hermione le transmite tranquilidad.

Y observa por ultima vez el rostro adormecido de la pelirroja y gira automáticamente su cabeza para analizar la ya fría taza de café olvidada sobre el escrito, y se percata que realmente esta agotada y que sus se encuentra perdiendo la batalla contra el peso de sus parpados, por lo que se inclina para darle un beso de buenas noches a Rose y así preparase para ir ella también a conciliar una cita con Morfeo, porque ha decidido que quizás en verdad sea demasiado tarde ya para continuar con su trabajo, y que incluso mañana tampoco le dedique la atención necesaria, ya que pasara la tarde del sábado con sus hijos, porque aquel documento después de todo no es tan urgente ni indispensable, y ella tiene mas interés en descubrir que cosas nuevas han aprendido Rose y Hugo esta semana, mientras disfruta del sol en su patio y de una escasamente comestible tarta de melaza, de esas que Ron se devora solo por el esmero que ella emplea en prepararla.

Y cuando apaga la luz de aquella habitación, cierra despacio la puerta para evitar interrumpir las aventuras y andanzas de unicornios voladores y príncipes azules de su hija, porque si alguien le hubiera dicho a Hermione Granger, la sabelotodo de Hogwart, que 23 años después de aquel primero de septiembre de 1990, luego de tener que soportar todo por lo que atravesó en aquella edad temprana, que ella se encontraría allí en ese momento parada en el umbral de aquella puerta, resguardando el sueño de aquella niña con la sensación de no saber nada de la vida y de que lo único de lo que podía estar segura es el amor que le tiene a su familia, entonces ella no dudaría que no hubiese tenido reparos en repetir la historia.

Cuestión de padres y padrinos

 

Observa distraídamente el vacilar, ocasionado por una leve briza, de la cortina mezcla de azul marino, violacio y fucsia, y sonríe vagamente al recordar cuanto insistió Ginny en comprar aquellos telones para que se complementasen con su juego de sillones verde limón recién comprados para su nuevo hogar, y que cuando acabo de adquirirlas su pequeño ahijado tiño en un muy inoportuno primer estallido de magia, e incluso si se concentra demasiado aun puede reproducir en su cabeza la amalgama de sentimientos que expresaba el rostro de su mujer aquella tarde, entre la desazón por ver arruinada aquella prenda que tanto adoraba y la emoción de ver convertido en todo un brujito a aquel que para el recién formado matrimonio era como su hijo, que finalizo en un carcajéate Harry que observaba dichoso a la pelirroja estrujar entre sus brazos llena de emoción a un consternado teddy que se disculpaba insistentemente por el lamentable accidente el cual pronto su madrina contaría con dicha y gozo, incluso llegando a conservar ese juego mal combinado de living para recordarle a cada visitante de aquella casa aquel suceso con total orgullo, exponiendo aquellas cortinas como si se tratase de un tapiz forjado por el mas ilustre pintor contemporáneo.

Y suspira imperceptiblemente, expulsando de sus pulmones el oxigeno sobrante, como si así eliminase un poco el peso que reposa sobre sus hombros ya un poco roídos por los años y la humedad de las mañanas y continua con su labor de espectador desde aquella posición en su sillón favorito donde se remontan sus memorias mas cercanas, aquellas dedicadas a charlas de trasnoche y jornadas de develo, cafés matutinos y tardes de cumpleaños, sabiendo que cada uno de ellos es una parte que quedara con él incluso mas a halla de esta vida.

Y no puede abandonar ese semblante reflexivo que ya se instalo como compañero del día, porque no esta tan viejo ni acabado, pero se siente cansado de una vida demasiado vertiginosa para gusto propio, pero suficientemente gratificante en el repaso de las cuentas; y siente que han pasado siglos desde que se convirtió en todo un hombre y que fue solamente ayer que lo cargo por primera vez en sus brazos siendo él un inexperto adolecente lleno de temores, la mayoría de ellos demasiado fundados en el contexto de representar aquel niño su rol de padre sin él nunca haber sido hijo, mientras trata de recordar cuando fue la ultima vez que le dijo te quiero.

Aquella simple oración de dos palabras , que por razones de costumbre y cotidianeidad ya no son tan frecuentes al ir creciendo, y que con el paso del tiempo se guardan en cajones en la espera de una ocasión especial para decirlas, pensando que luego habrá una oportunidad y que siempre será mejor después, sin tener control sobre el paso de las fechas y postergándolas creyendo inconscientemente que no son necesarias pronunciarlas, hasta que un día ya no recuerdas cuando fue la ultima vez que se las dedicaste a alguien cercano sin la necesidad de hallar una razón mas que el expresarle lo importante que es su presencia en tu vida.

Y aunque sabe que en ese momento tiene la circunstancia perfecta para hacerlo al tan solo necesitar levantarse de su ubicación en aquel rincón del interior de su casa, no consigue ser dueño de sus movimientos, quedándose estático allí sentado junto a la ventana, demasiado embelesado con la imagen de una mujer de cabellos pelirrojos salpicados de blanco, sentada en una de las sillas del jardín acunando en su pecho a un pequeño bulto de mantas, bastante turgente como para poder mostrar su contenido, una beba que hace tan solo un mes bautizaron como Adélaïde y que él por su forma de reírse esta seguro tendrá ese encanto Weasley que tanto caracteriza a las dos mujeres que se encuentran mimándola en ese momento con completa devoción absortas hasta en el mas mínimo bosteza de la niña que duerme totalmente ajena a ellas, con la salvedad que cargara con la melena rubia de su madre; mientras un poco mas alejado del lugar donde reposan los restos de la ya acabada merienda, y de las miradas de reproche de Ginny y Victorie, se puede observar recostado boca arriba sobre el césped con una estruendosa risa y una expresión infantil de esas que Andromeda Tonks coleccionaba en Álbumes interminables, a Ted Lupin jugando con sus hijos Damien y Rosaline, haciéndole difícil a Harry pensar que aquel es ya un hombre entrante en las tres décadas

Y se siente aliviado, porque sabe que a pesar de todo, hizo un buen trabajo, porque es consiente que jamás podría eliminar el hueco que dejo la ausencia de sus padres en la vida de Ted, y él mas que nadie allí presente lo comparte, y nunca pensó en compararse con quien fue su profesor, y no tan solo en cuanto a estudios, sino en cuanto a la vida, un apoyo, un amigo, quien fue uno de los mejores amigos de sus propios padres; pero sabe que logro ocupar otro lugar en su historia, uno que es de él, solo de él, y que le pertenece por merito propio, el de padrino.

Y aquel no es Harry Potter venciendo a un mago tenebroso, ni desentramando un caso de vida o muerte, no es Harry Potter negándose a dar declaraciones en el profeta o acudiendo a importantes asambleas en el ministerio de magia, aquel es Harry Potter contemplando fascinado a su ahijado disfrutar como un niño emocionado, de una vida que él prometió ayudarle a construir, porque aunque ahora Ted Lupin se jacte de tener sus propios hijos, él jamás podrá dejar de ver en él a ese pequeño de cabello cambiante y mirada inteligente por quien tuvo que saber explicar todo tipo de cosas insólitas y dar respuestas incomodas sobre que sucedió en la guerra, porque el cielo es azul y no naranja y como se hacen los bebes, enseñarle sus propios ideales y creencias, aprender a contar cuentos de caballeros andantes y mas tarde a escuchar sus propias historias sobre chicas y problemas de las diferentes edades, hacer leche chocolate y sobre todo cambiar pañales.